A medida que vas planeando la boda te das cuenta de que existe un mundo de posibilidades increíbles para los detalles de la boda, así que es mejor olvidarse de las degustaciones de caviar, las invitaciones con tres tipografías diferentes, sobre tipo origami y que además muchos de ellos cuestan mucho más que algo más lucidor y sencillo. Si te das cuenta que estás siendo atraído por cosas que tienen tu presupuesto a punto de reventar, es el momento de poner los pies en la tierra y preguntarse ¿Cómo serán esas flores? ¿Aguantarán el clima? ¿Serán frágiles? o lo que sea que esté llamando tu atención y que rebase su presupuesto, Y si hay una o más respuestas negativas, entonces es mejor gastar ese dinero en algo que más personas puedan disfrutar, como un mejor grupo o DJ para bailar o banda de jazz para la cena o mejor aún, gastarlo en su luna de miel.
2. No hacer que mis damas de honor parezcan clones.
Toda buena amiga sabe que junto con el honor de ser una dama viene la obligación de llevar un vestido de un color y un estilo que no es de su elección. Así que a tus niñas les toca aceptar eso, pero no quiere decir que van aceptar felices que las obligues a llevar zapatos idénticos, joyas, abrigos, y hasta el peinado, así que lo mejor es les des la libertad de arreglarse como prefieran, cada una con su estilo individual y de elegir los accesorios y zapatos que vayan con ellas, así seguramente disfrutarán ese día tanto como tu sin sentirse incómodas.
3. No voy a invitar a la amiga de mi primo segundo.
Cuando estas poniendo en tu lista de invitados hasta al amigo de la amiga de tu primo, es momento de tomar nuevamente el control, ya que algo esta pasando, a veces cometemos el error de invitar a todo el mundo a nuestra boda y no falta el amigo o primo que quiere llevar a una amiga, bien, la regla aquí es la siguiente “Sólo invitar a las parejas de amigos o familiares que han estado saliendo por más de un año”. Ya que además de implicar un mayor gasto tampoco quieren que en la mitad de las fotografías salga alguien desconocido, o que no vas a volver a ver en toda tu vida.
4. No voy a obsesionarme con mi Mesa de Regalos.
Una vez que profundizas más y más en el mundo de los electrodomésticos, la cristalería fina, y los gadgets exóticos es totalmente normal que quieras conseguirlos todos y buscar en todas las mesas de todas las tiendas y abrir una tras otra, pero porque no mejor abrir una sola que te permita tenerlo todo en un solo lugar, electrodomésticos, utensilios, muebles, viajes, cenas, tours, y además con la posibilidad de convertir todo eso en dinero en efectivo, como la de Bodaplan, así que no te obsesiones con todas las Mesas de Regalos y olvidate de ella 6 meses antes de la boda y empieza a preocuparte, por ejemplo, del acomodo de las mesas.
5. Voy a escribir notas de agradecimiento de los regalos de boda.
Seguramente estarás muy ocupada después de la boa, por lo menos durante algunos meses mientras te adaptas a tu nueva vida, pero es mejor que entre cosa y cosa busques un momento para ir redactando los agradecimientos de todos los regalos que recibieron, así que toma asiento, pluma y papel y prepárate para empezar a agradecer cosas que tal vez ni siquiera has recibido, por otro lado, si esperas mucho tiempo para hacerlo probablemente jamás lo hagas y el invitado se quedará con la incertidumbre de saber si recibiste o no su obsequio. Así que es maravilloso tener una herramienta como la de Bodaplan que te permite ver tus regalos recibidos, saber quien te acaba de obsequiar algo y en ese momento redactar el agradecimiento, todo online y desde la comodidad de tu casa u oficina.
6. No voy a estresarme por su despedida de soltero.
No, repetimos, no te sientes en tu casa a ver el reloj cada minuto y preguntándote lo que está haciendo. Tu también organiza tu despedida de soltera ese día o haz planes por tu cuenta, sal con tus amigas, vayan al cine, al salón de belleza, en fin, pasa un buen rato! Recuerda que se casa porque prefiere estar contigo que rodeado de 10 amigos embriagándose en un bar.
7. No hacerme falsas expectativas sobre mi peso.
Elige un vestido que se te vea bien con tu peso en regular. Claro, es muy probable que pierdas un par de kilos unas semanas antes de la boda debido a los nervios o el estrés, pero considéralo como un plus. No te esfuerces por llevar una dieta agotadora hasta el día de la boda, ya que puede ser contraproducente, sentirte agotada, débil y hasta de malas. Trata de llevar una dieta por lo menos 6 meses antes de la boda y dejarla un mes antes, así te sentirás bien ese día y lo disfrutarás al máximo.
8. No voy a dejar caer mi entusiasmo.
Como ya hemos mencionado en otros artículos, durante la planeación de la boda es muy común que todos opinen, y han notado que hay gente por ahí que parecen decididos a hacerlos sentir mal acerca de su entusiasmo en la boda. Tal vez son solo envidiosos, no felizmente casados, amargados o simplemente el tipo de personas que no pueden soportar la felicidad de los demás. Puede ser difícil lidiar con estas personas, sobe todo si son familiares o compañeros de trabajo, gente que tienes que ver continuamente, así que mejor deja de platicar con ellos sobre la boda y cambia el tema de inmediato, además seguramente tienen muchos más amigos en su vida que están realmente emocionados por ustedes y con ganas de escuchar todo sobre la boda.
8. Voy a tomarme mi tiempo para hacer el álbum de la boda.
Al regresar de su luna de miel, la elaboración de su álbum de la boda puede parecer una tarea desalentadora. Seguramente habrá fotografías hermosas pero después de tantos meses de todos los días tomar decisiones relacionadas con la boda, no será tan divertido para muchos el elegirlas en ese momento. Es mejor tomarse un descanso y hacer el álbum más tarde. Por no mencionar el hecho de que un álbum bonito no es barato, así que es mejor esperar hasta que sus fondos vuelvan a su lugar. Obviamente no dejen pasar cinco años sin hacerlo, porque quizá nunca lo hagan, lo ideal es esperar máximo un año, mientras los recuerdos aún están frescos.
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